El purgatorio es la segunda parte del camino de Dante. El viaje por esta parte va desde los pecados más graves, que se encuentran en la parte de debajo hasta los pecados menos graves o leves los cuales están más próximos a la cima y al paraíso. Dicho espacio –El Purgatorio— se compone de tres secciones, a saber: el ante purgatorio, purgatorio y el paraíso terrenal. El ante purgatorio se encuentra en una playa, donde se encuentran dos principales grupos: los que se arrepintieron antes de morir y los excomulgados que se arrepintieron de sus acciones. En el purgatorio se encuentran 7 gradas, una por cada pecado capital.
En el viaje que emprende Dante por el escalón de la soberbia –lo que sinónimo del orgullo— es donde se percata de un grupo de almas que están inclinadas y cargan encima de sus espaldas enormes lozas de piedra. Este primer grupo se encuentran, pues, aquellos que en vida vieron y despreciaron con superioridad y desprecio. Por ello, están destinados a pagarlo cargando una piedra encima de sus espaldas. Cabe resaltar que en cada espacio del purgatorio hay esculturas representado las virtudes en contraposición al espacio correspondiente. En este sentido, en el espacio de la soberbia, se erigieron esculturas que representan a la humildad, en donde se resalta de manera particular el episodio de la Anunciación de la biblia.
Pasando al espacio de la envidia, aquí es donde los envidiosos deben llevar cerrados sus ojos y cosidos con alambre. Dante menciona que los ciegos iban apoyados el uno del otro y llorando en demasía. Aquí es donde yace aquellos que en vida miraron con deseo y repudio la felicidad y el bien de otros; es por ello que tienen que pagar vistiendo túnicas grises de penitencia mientras sus ojos están cosidos con alambre de hierro. En este escalón se oyen escuchar voces que advierten sobre la generosidad, virtud que es antónima de la envidia, y repiten constantemente el relato bíblico de “Las Bodas de Caná”.
En la ira se encuentran las personas que en vida fueron iracundos. Por ello, pagarán vagando en caminos llenos de niebla espesa, el cual simboliza la ceguera durante los momentos de ira. Pasando a la pereza, se encuentran aquellos que no hicieron nada para cumplir su deber, donde su condena es que deben realizar aquellas labores que dejaron pendientes en vida corriendo. Aquí es donde se encuentra Dante con los personajes de la Virgen María y Eneas.
En el espacio consignado a la avaricia, es donde Dante se detiene un poco, ya que es el que le llama más la atención. Aquí es donde habitan las personas que se preocuparon excesivamente con los bienes terrenales. Para purgar su condena, estos deben de ir con la cara hacia abajo sin oportunidad de moverse mientras repiten “mi alma está adherida al polvo, vivifícame con tu palabra” el cual es un rezo del salmo 119. La gula es donde se encuentran aquellos que en vida, a pesar de estar satisfechos, continuaban comiendo, bebiendo o saciando los placeres del cuerpo. Su purga es morir de hambre a pesar de estar rodeados de árboles muy altos llenos de frutos deliciosos. En la lujuria, es donde están aquellos que mal dirigieron su apetito sexual. Estos deberán pagar su pecado a través de constantes fuegos, quemándose por una pared por las que tienen que pasar todas las almas.
Hay un estudio que se hizo de parte la autora Michelle Jiménez, el cual establece que la historia de la Divina Comedia corresponde a que Dante Alighieri posiblemente sufría de una baja autoestima y vivía siempre en inseguridades. La obra gira en torno a un descenso al infierno y a una vuelta a la tierra más glorioso. No por nada Virgilio le acompaña –a pedido de su amada Beatriz— ya que la historia de Virgilio con Eneas es eso, hacerlo un completo héroe. Y se puede decir que la masonería es lo que se pretende constantemente. Una escuela iniciática no cumple su función si, después de todo, no se transformó en un verdadero héroe.
Quizá Dante no pude tener de vuelta a Beatriz, sin embargo, no quiere decir que tuvo que pasar por ese proceso de muerte para darse cuenta que ella siempre vivirá en él y lo hará más fuerte quizá. En la carrera masónica habrá momentos como este, de dolor y duelo constante, pero quien es firme en su ideal, saldrá del infierno de manera victoriosa, además de que podrá llegar a ser héroe de su propia historia, y se dará cuenta de que triunfará, con base a trabajo y empeño constante.
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