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Microbiota y Estado de Ánimo

En 1683, Anton van Leeuwenhoek escribió sobre unos "animáculos" que había observado en el tracto gastrointestinal al microscopio (fabricado por el mismo), siendo la primera vez que se describía el aspecto de una bacteria. Muchos años después, Louis Pasteur diría:


"El papel de lo infinitamente pequeño en la naturaleza es infinitamente grande".

Hoy en día, existe cada vez más pruebas de que las interacciones entre los microorganismos y sus huéspedes no sólo desempeñan un papel en la determinación de la salud y la enfermedad, sino también en las emociones, el pensamiento y el comportamiento. Seguramente has escuchado que el intestino es “nuestro segundo cerebro”. Para poder entender la relación entre el cerebro y el intestino, es necesario comprender cuáles son las vías de comunicación que utilizan estos órganos, ya que esto nos permitirá después entender cómo se producen los desequilibrios asociados a síntomas y patologías.


Los principales sistemas de comunicación entre el intestino y el cerebro abarcan esencialmente las vías inmunológica, endocrina y neural.

Dentro de este sistema de comunicación, la Microbiota y el cerebro juegan un rol muy importante. La microbiota es una comunidad de microorganismos dentro de un nicho ecológico determinado, tal como el intestino humano. La investigación sobre la microbiota intestinal (conocida hasta 2014 como flora intestinal) es basta, pero es mucho más lo que desconocemos de la misma. Dentro de las decenas de funciones que tiene la microbiota, encontramos la de producir neurotransmisores y neuromoduladores del sistema nervioso central. De la misma manera, el cerebro humano alberga misterios y cimienta todo cuanto somos, nuestra personalidad y pensamientos y todo el conocimiento acumulado sobre el nosotros mismos y lo que nos rodea. Pero


¿Qué relación tiene la microbiota intestinal con los pensamientos y los sentimientos?

Se dice que, las emociones empiezan en el estómago. La serotonina (conocida como la hormona de la felicidad), se fabrica principalmente en el aparato digestivo, es una de las responsables de regular la tristeza, la apatía, nuestras dudas o, incluso, nuestras obsesiones. Las emociones, pensamientos e intestinos tienen una comunicación tan perfectamente orquestada, que


“Si somos capaces de controlar la microbiota, podremos reducir los estados de ansiedad y de depresión”.

De esta forma, el “eje microbiota-intestino-cerebro” implica una señalización bi-direccional entre el sistema gastrointestinal y el sistema nervioso central regulado a nivel neural, hormonal e inmunológico. En sus inicios la mayor parte de los estudios se centraban en las interacciones entre la dieta y los trastornos de psicológicos o del estado de ánimo, hoy en día, sabemos que la microbiota pueda explicar (al menos parcialmente) fenómenos términos tan complejos como la sabiduría o la soledad. La microbiota intestinal está asociada con rasgos de personalidad, como la amabilidad, escrupulosidad, y constructos psicológicos, incluyendo la autocompasión, empatía afectiva y bienestar emocional. Habiendo una la conexión entre la psique y el sistema gastrointestinal, se explica las molestias intestinales que ocasionan situaciones de estrés, miedo, coraje, etc. Pero, siendo dicha conexión bidireccional,


¿podemos controlar la microbiota a través de la psique?.

La sanación cuántica de las terapias alternativas nos muestra como a través de diversas técnicas el cuerpo humano tiene la capacidad de autocurarse. De acuerdo a la teoría de los terapeutas de la sanación cuántica, las enfermedades son causadas por la falta de equilibrio en algunas células dentro de un sistema, produciéndose un mal funcionamiento y consecuentemente la enfermedad. La sanación cuántica consiste en equilibrar, limpiar y reprogramar las células para cambiar la situación anómala que causa la enfermedad. La mente puede interactuar con el campo de energía para influir en nuestro organismo y promover la salud; entre las técnicas de sanación tenemos el equilibrar los Chakras del cuerpo para restablecer el paso normal de la energía. Activar y equilibrar Muladhara chakra implica trabajar en diferentes aspectos de tu vida, incluyendo prácticas físicas, mentales y espirituales. Entre las actividades más importantes para activar el chakra raíz se encuentran:


microbiota

  1. Pasar tiempo al aire libre, caminar descalzo sobre la tierra o la hierba, lo cual desde el punto de vista científico fomenta el sistema inmunológico por el intercambio de microorganismos benéficos para la microbiota;

  2. Mantener una dieta equilibrada y consumir con frecuencia alimentos sin procesar como frutas y vegetales como la banana, cebolla, raíz de achicoria, ajo, espárrago, cebada, trigo y jícama, entre otros, los cuales son fuentes naturales de prebióticos que ayudan al desarrollo de la microbiota (por su contenido de fructo oligosacaridos y los galacto-oligosacáridos);

  3.  Inhalar aceites esenciales tales como sándalo, mirra o pachulí mientras meditas con el mantra LAM que ayuda a energizar y activar el chakra raíz cuyo significado es “Yo soy”.

En este sentido, estamos profundamente conectados con la biodiversidad de la naturaleza a través de nuestros microbiomas de nuestros intestinos y piel, y esta conexión es esencial para la salud y la felicidad. Por lo tanto, la analogía microcosmos macrocosmos toma otro sentido, ese universo interno, tiene dos mentes íntimamente conectadas. Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba, dice el principio de correspondencia de El Kybalion.


Con esta máxima se establece que hay una armonía entre lo físico, mental y espiritual. Es decir, nuestros pensamientos se manifestarán, en muchos casos de manera inconsciente, en nuestro cuerpo ya que hay una influencia recíproca entre nuestro mundo interno y nuestra realidad material. Por tanto, viviendo en nuestra realidad externa influenciaremos nuestro mundo interno y viceversa, cuidando y nutriendo nuestra microbiota mejoramos nuestros pensamientos y sentimientos conectándonos espiritualmente con el macrocosmo.

 

 

Referencias

 

Bosch, Thomas CG, et al. The potential importance of the built-environment microbiome and its impact on human health. Proceedings of the National Academy of Sciences, 2024, vol. 121, no 20, p. e2313971121.

Gómez-Eguílaz M, Ramón-Trapero JL, Pérez-Martínez L, Blanco JR. El eje microbiota-intestino-cerebro y sus grandes proyecciones. Rev Neurol. 2019; 68: 111-7

Dickerson, F. et al. (2022). The Microbiome and Mental Health Across the Lifespan. In: Savitz, J., Yolken, R.H. (eds) Microorganisms and Mental Health. Current Topics in Behavioral Neurosciences, vol 61. Springer, Cham

Nguyen, Tanya T., et al. "Association of loneliness and wisdom with gut microbial diversity and composition: an exploratory study." Frontiers in psychiatry 12 (2021): 648475.

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