Napoleón III Bonaparte (1808-1873) fue el único presidente de la Segunda República Francesa (1848-1852) siendo después emperador de Francia entre 1852 a 1870, lográndose convertir en el último monarca de Francia. Fue hijo de Luis Bonaparte, hermano de Napoleón Bonaparte, siendo este sobrino del emperador Napoleón Bonaparte.
Con Napoleón III hay un periodo llamado “Imperio Liberal”, ya en las postrimerías de su dictadura. El acceso al poder que tuvo Napoleón III como emperador fue por medio de un golpe de estado efectuado en diciembre de 1852, en donde se llevó a cabo la alianza entre la clase alta, media y la burguesía. Tras este golpe de estado, el naciente emperador instauró un régimen férreo con los principios de la Revolución Francesa como estandarte. Todo el poder se concentraba y dimanaba de él; era el generalísimo de las fuerzas armadas de tierra y mar; podía gobernar por decreto y por ley. Aunque hubiera indicios de la ideología de la Revolución Francesa, lo cierto es que Napoleón III podía permitirse conservar un sufragio universal, haciendo rectificaciones de las cuestiones electorales que le resultaran adversas.
Con Napoleón III la burguesía, por ejemplo, logró un auge gracias a la industrialización, que se lograría por medio de los bancos, que a la postre, tendrías un periodo en donde serán los amos y señores de un elevado porcentaje de industrias. Por ejemplo, de este periodo se crea la fundación del Crédit Commercial (1848), Crédit Foncier (1860), entre otros.
Así mismo, el emperador creó un senado integrado por incondicionales a él y a sus causas. Dicho cuerpo legislativo, elegido por “sufragio” universal, se reunía un par de veces al año, en donde se llevaron a cabo distintas reformas, como la reorganización de la Magistratura, la de la Universidad, la de la prensa –en donde se revisaban las publicaciones “tendenciosas” de los periódicos que distaban del régimen— y, por si fuera poco, el regreso de la Iglesia.Ya para los años de 1860, y teniendo dolencias físicas –sufría de litiasis renal— el tratado de libre comercio entre Francia e Inglaterra hizo que el régimen intentara una mayor flexibilidad, como por ejemplo: el derecho de enmienda en la Cámara Baja, discusión y el voto del presupuesto anual, la ley de prensa menos arbitraria, entre otras.
En el año de 1869, y ya con la salud del Emperador agravándose cada vez más, hubo un “senatus -consulte” –un decreto ley— de la Cámara baja para poder poseer y desarrollar iniciativas propias, enmendar las leyes de manera autónoma, haciendo que la participación de los incondicionales del Emperador mermase. Así pues, se encaminaba una idea liberal en las postrimerías de la vida de Napoleón III.
Dicho desarrollo de la forma de gobierno, desde un absolutismo hacia la liberalización, no fue tarea sencilla. Las grandes ciudades francesas, por ejemplo, votaban en contra del gobierno, pero la burguesía y los campesinos apoyaban al régimen. También estallaron huelgas mineras, como la de Saint Etiénne, Rocamarie, etc.
Los jefes miembros de la Liga Internacional –de ideología izquierdista—, de unas 245,000 personas, movilizaron al pueblo. Los intelectuales dimitieron “que si el gobierno tenía fusiles, ellos tenían la ciencia y la razón”. Surgió pues una desilusión en aquellos ministros que pensaban en liberalizar, de manera automática, al Imperio, y las masas se desprendieron de sus dirigentes.
En este contexto, el Emperador recurrió a un referéndum en el cual se dirigía al pueblo francés haciendo efectivo un sufragio universal. Es así entonces como nace la Tercera República francesa, en las postrimerías del siglo XIX. La liberalización no se llevó a cabo con Napoleón III estando en vida, pero triunfó en la forma.
BIBLIOGRAFÍA
• Moya, Gonzalo (s/a). “El Imperio Liberal de Napoleón III”.
Comments