CAÍN Y ABEL
La historia de Abel y Caín se encuentra en el libro de Génesis estos dos muchachos fueron los primeros hijos de Adam y Eva. Caín fue hombre que labraba la tierra, y Abel era un pastor de ovejas. Un día ambos hermanos trajeron sacrificio delante de Dios, Caín ofreció de lo que tenía que había sacado de la tierra, pero Abel trajo delante de Dios lo mejor, las primicias de sus ganado.
Dios miró con más agrado el sacrificio de Abel porque lo ofreció con todo lo mejor de su corazón y de su posesión. Esto hizo que Caín se enojara en gran manera y se llenara de celos en contra de su hermano Abel. Caín llamó a su hermano Abel a los campos donde trabajaba y ahí lo golpeo y lo mató. El Señor llamó a Caín para preguntar por su hermano pero Caín actuó como si no supiera que había sido de su hermano. Dios escucho que la sangre de Abel estaba en la tierra y descubriendo el corazón de lo que había hecho Caín lo desterró fuera de la Edén.
EVA Y LILIT
Más allá de esta tradición hebrea, el origen del mito de Lilith parece contar con raíces Sumerias o Arcadias. En concreto había en Mesopotamia, según el arqueólogo británico Reginald Campbell Thompson, un grupo de demonios femeninos derivado de la criatura Lilitú (Lilu, Lilitu y Ardat Lili) con unas características que responden a esta figura mitológica: eran mitad humanas y mitad divinas, usaban la seducción y el erotismo como armas; y la noche era su hábitat natural. Todos estos súcubos, en cualquier caso, tenían las cualidades de lo que luego se ha representado como los vampiros, aunque cubiertos de pelo, y derivaban de la palabra «viento» o «espíritu». Esta tradición habría pasado más tarde a la cultura judía a través de los semíticos residentes en Babilonia. Los judíos adaptaron así al hebreo el nombre de esta criatura maligna hasta vincularlo posiblemente a la palabra «laila» (traducido como noche).
Lilitú perdió varias cualidades con su versión hebrea, como es su carácter divino, pero adquirió una personalidad más compleja. Su presencia es frecuente en el folclore y los textos del Judaísmo, entre ellos el Génesis, según defienden algunas interpretaciones rabínicas. Así, frente a las dudas que ha generado el fragmento del Génesis «y creó Dios al hombre (Adán) a su imagen, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó», han surgido interpretaciones de diferentes rabinos a lo largo de la historia que plantean que, o bien Adán fue creado inicialmente como un andrógino –que poseía un cuerpo femenino y uno masculino unidos por la espalda.
JAKIM Y BOAZ
Los nombres de las dos columnas simbólicas en el pórtico del templo de Salomón; Jaquín al lado sur, Boaz al lado norte. Estas columnas fueron diseñadas por Hiram, de Tiro. Los nombres de los pilares o columnas de bronce decorados que flanqueaban la entrada del *templo de Salomón en Jerusalén..
AHRIMÁN Y AHURA
Ahrimán. En la antigua religión persa (o iraní) y en los libros de Zoroastro, Ahrimán es el dios de la oscuridad, el destructor eterno de los dioses, personificación y creador de la maldad, portador de la muerte y de la enfermedad. También es conocido como Angra Mainyu, y su nombre significa “espíritu diabólico”.
Ahura Mazda Era el dios del cielo, omnisciente y sacerdote celeste, líder de los dioses de la buena conducta (los ahura). Era un dios abstracto y trascendente, sin imagen concreta, por lo cual no era representable. Su hijo era el dios Atar, identificado con el fuego. Ahura Mazda es el dios antagónico de su hermano gemelo Angra Mainyu, que es el dios del mal, también llamado Ahriman.
CONCLUSIÓN: En el trazado anterior, hablamos de las dualidades existentes, presentes en distintas personas, que representan la dualidad que cada persona lleva dentro, que es parte de su ser, y que lo importante creo que reconocer nuestras dualidades como personas y saber manejarlas a nuestro favor, en pro de nuestro beneficio, pues como en todo trabajo, o desarrollo se necesitará de una dualidad para mantener el equilibrio.
Comments