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M.·.M.·. José Pérez Guzmán

Drakar y el constructor de la luz.

Un día Drakar sobrevolaba una región del reino cuando vio a un constructor llamado Alden, trabajando incansablemente en una nueva catedral. Desde su altura, Drakar observó los movimientos de Alden y notó que parecían desorganizados y caóticos. "Este constructor no sabe lo que hace," pensó Drakar. "Está arruinando el equilibrio de Luminar con su incompetencia."


Decidido a intervenir, Drakar descendió con un rugido imponente, haciendo que todos los presentes se detuvieran en seco. Con voz firme, acusó a Alden de ser un constructor inepto y de poner en peligro la grandeza del reino.


Alden, un hombre humilde pero sabio, escuchó con paciencia las palabras de Drakar. Luego, con voz serena, respondió: "Gran Drakar, te invito a que observes mi trabajo más de cerca antes de juzgarme. Ven, acompáñame y verás el propósito detrás de cada piedra que coloco."


Intrigado y un poco avergonzado por su apresurado juicio, Drakar aceptó la invitación. Durante días, Drakar observó a Alden trabajar. Vio cómo cada piedra, aparentemente colocada sin orden, tenía un propósito preciso y profundo. Alden le mostró los planos de la catedral y explicó cómo cada detalle formaba parte de un todo armonioso.


Drakar empezó a comprender que, aunque a primera vista el trabajo de Alden parecía caótico, en realidad era una obra de gran maestría y sabiduría.


La catedral no solo era una construcción física, sino también una representación del equilibrio y la iluminación interior.


“Reflexión y Método para Evitar Juicios Precipitados”

Drakar aprendió una valiosa lección: no se debe juzgar sin comprender la totalidad de las circunstancias y la profundidad del trabajo de otros.


Reflexionando sobre esta experiencia, Drakar decidió compartir un método con los habitantes de Luminar para evitar los juicios precipitados:


1. Observación Profunda: Antes de emitir cualquier juicio, dedica tiempo a observar y entender el contexto completo. Lo que parece caótico puede tener un orden oculto.


2. Diálogo Abierto: En lugar de confrontar con acusaciones, busca entender las intenciones y el conocimiento de la otra persona. Pregunta y escucha con mente abierta.


3. Reflexión Personal: Reconoce tus propias limitaciones y prejuicios. Reflexiona sobre cómo estos pueden influir en tu percepción de los demás.


4. Paciencia y Empatía: Practica la paciencia y la empatía. Comprender a los demás requiere tiempo y disposición para ver más allá de las apariencias superficiales.


Al implementar estos principios, los habitantes de Luminar aprendieron a convivir con mayor armonía y respeto, reconociendo la sabiduría en la diversidad de talentos y perspectivas. Y así, el reino prosperó, iluminado por la comprensión y el respeto mutuo.

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