Si alguien dijera que dios y el demonio son uno mismo, así como el bien y el mal, que la nada es el todo y que el todo es la nada, que los humanos somos producto de las fuerzas tanto divinas como demoníacas, definitivamente llamaría la atención de las masas, pasando probablemente por el rechazo, la crítica e incluso la cancelación.
Esto y más es el documento llamado “Los siete sermones a los muertos” (Septem sermones ad mortuos) escrito por Carl Gustav Jung en 1916. Cargado de contenido simbólico, moral, religioso, sexual rayando en la herejía, estos sermones forman parte de la publicación más importante de éste, “El libro rojo”
Jung (1875-1961) fue un psiquiatra y psicoterapeuta suizo, conocido por ser el fundador de la psicología analítica, discípulo del austriaco Sigmund Freud. Sus contribuciones más notables incluyen el concepto de los arquetipos, el inconsciente colectivo y la tipología psicológica. Jung desarrolló teorías sobre la estructura y la dinámica de la mente humana, enfatizando la importancia de los sueños, la mitología y el simbolismo.
Su trabajo influyó en diversas áreas, incluyendo la psicoterapia, la antropología, la literatura y los estudios religiosos.
En el contexto de la época, Europa se encontraba justo en la Primer Guerra Mundial (1914-1918) con alianzas y bloques de poder y guerra, la economía fluctuante y reconfiguraciones sociales como miles de hombres llamados a la batalla y la integración masiva de la mujer al campo laboral mientras que las religiones buscan la supervivencia y el consuelo de las masas.
Los siete sermones, por el tipo de contenido, era una publicación que Jung no tenía a la venta, más bien la entregaba sólo a sus allegados como un regalo, afortunadamente para nuestros tiempos, la familia decidió integrarlos al ya mencionado Libro Rojo y hacerlos del dominio público.
Con una base Gnóstica, y se dice que escritos bajo una especie de trance donde Jung fungía sólo como un medio para que la divinidad plasmara dicho trabajo, el documento se divide en 7 partes de fácil lectura pero de una complejidad que requiere la comprensión de los símbolos y una relación directa del todo.
Primer Sermón: Introduce a los muertos que regresan de Jerusalén buscando respuestas,
Se establece el concepto del Pleroma, con una definición oximorónica y contradictoria, siendo La Nada y El Todo, tan abstracto que el simple hecho de buscar definir el Pleroma nos llevaría a la disolución, para entenderlo entonces no hay que estudiarlo ni verlo, sólo saberlo. Conforme se avanza en el texto, nos volvemos uno con este por lo tanto también somos Nada.
Hacer consciencia sobre lo efímero e insignificante que somos, una nada, un soplo, una breve chispa y a la vez, somos uno con la gran divinidad, tan grande que intentar definirla es limitarla.
Segundo Sermón: Los muertos preguntan si Dios está vivo y su paradero.
Dios está vivo, y el Diablo también, ambos son creados, por lo tanto no se eliminan entre sí como opuestos equivalentes, no hay pruebas de su existencia, ni hacen falta y ambos son parte del Pleroma. la relación entre ambos es tal, que son el Pleroma, Abraxas aparece y éste ES por encima de éstos dos.
La naturaleza diferenciadora del hombre coloca los conceptos en polos opuestos que le permiten tener matices y etiquetar, entender que hay cosas más allá de esos conceptos que se salen de nuestras manos y los entendamos o no va más allá de nuestro ser, hay fuerzas que son y serán a pesar de nosotros, sin matices.
Tercer Sermón: Dios, lo bueno, es visible, el Diablo, lo malo también.
Abraxas es indefinible. Dios dice vida, el Diablo dice muerte, Abraxas puede pronunciar lo venerable y lo maldito al mismo tiempo, así como luz y sombra, vida y muerte.
Estas fuerzas psíquicas internas afectan la vida humana de tal forma que su comprensión acerca al autoconocimiento. Dichas fuerzas están en nosotros y nosotros somos ellas.
Cuarto Sermón: Explica la naturaleza de los dioses y demonios como emanaciones del Pleroma.
Hay tantos dioses como diablos y estrellas en el firmamento y diablos como el espacio que hay entre ellas, Abraxas es la conjunción de ambos.
Cuatro son las divinidades principales;
El dios Sol - el principio.
Heros, que se expande por el todo.
El Árbol de la vida, que llena el espacio con cuerpos.
El Diablo - el destructor que reintegra todo.
Son tantos dioses como hombres. El hombre proviene de ellos y hacia ellos va.
Una descripción del alma humana como una intersección de las influencias divinas y demoníacas. La integración de estas fuerzas opuestas es crucial para alcanzar la totalidad y la individuación.
Quinto Sermón: La sexualidad es masculina y terrenal, la espiritualidad es femenina y celestial.
Ambas van de la mano, son contrarias y complementarias. La sexualidad masculina va hacia lo terrenal, la femenina a los espiritual. La espiritualidad del hombre es celestial, la femenina es terrenal.
Hablamos de arquetipos, representaciones colectivas del inconsciente. Patrones fundamentales que estructuran la experiencia humana, la naturaleza de lo divino y lo corpóreo, somos esclavos o amos de éstas.
Sexto Sermón: La sexualidad es un demonio, la serpiente, el deseo, espíritu tirano, terrestre.
El alma celestial del hombre es un ave blanca, que vuela en lo alto, un mensajero, vehículo del sol.
El equilibrio entre los opuestos dentro del alma. La reconciliación de estas fuerzas opuestas lleva a la integración y el crecimiento espiritual.
Séptimo Sermón: Enfocado al hombre, quien es un portal de lo grande a lo pequeño, insignificante, el microcosmos. el dios de la estrella solitaria, siendo éste mismo Abraxas.
Concluye con una reflexión sobre la trascendencia y la naturaleza última de la realidad. El alma debe aprender a vivir en el mundo de las polaridades sin perder su conexión con el Pleroma. Reconocer su divinidad propia dentro de su insignificancia, y reconocer su insignificancia dentro de su poder divino y eterno
Al diseccionar cada parte es claro el por que en su momento Jung no publicó de manera abierta este documento, lo irónico es que pese a su contenido que pareciera hereje, es una delicada obra de introspección elaborada, de forma tan sublime y consciente en algunos puntos que pareciera increíble que invitan a la conexión con la divinidad en nosotros.
Esta es una breve explicación que podría rayar en lo simplista, ya que entrar a descifrar y comprender el símbolo más allá de lo evidente requiere su tiempo y nivel de consciencia,
Hay varios temas que podrían distanciarse unos de otros, sin embargo quien está familiarizado con éstos puede ver los pequeños hilos invisibles que los unen entre sí, temas como el Kybalion, Micro y Macrocosmos, VITRIOL, Tarot, Alquimia, incluso las construcciones de catedrales, operativas y simbólicas, se conectan para el ojo entrenado.
Sin importar qué tan familiarizado te encuentres con éstos temas, si estás en el camino del autoconocimiento, coincidimos en que éste escrito genera más dudas que respuestas, y material para horas de reflexión. Dar un clavado a tu interior será siempre una experiencia enriquecedora.
M:. M:. Fernando Barba
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